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Mostrando entradas de febrero, 2021

Amor casi eterno

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  Ciertas clases de amor permanecen sólo en los arrabales,  en los barrios que soportan el mal olor de los vertederos a donde tú y yo hemos enviado los recuerdos a olvidar. Son ellos las verdaderas víctimas del desamor universal, las espaldas últimas que soportan el peso de la foto donde aparezco (guárdate esa sonrisa irónica) posando junto a ti.   Cuando pasen las últimas gaviotas llevándose las cáscaras de plátano, revolviendo las borras de café, aún quedará, cubierta con una lámina de plástico, para nuestro escarnio, esa foto mierdosa con tu beso,  que nos sobrevivirá. (Imágen: Acuarela de Nancy Falero)

Poema sin título o por Julio o carta a Cortázar (para antes)...poema de Luis Rogelio Nogueras

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  Poema sin título o por Julio o carta a Cortázar (para antes)...poema de Luis Rogelio Nogueras   Música: Music produced by Jason Shaw on AudionautiX https://audionautix.com/   Canción (song): Clouds

El reloj atómico

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  Un segundo, en el Sistema Internacional de Medidas, se define como 9 192 631 770 veces el periodo de vibración de la radiación del átomo de cesio 133. Pero ¿por qué el cesio?, me pregunto. Porque es un elemento muy estable, según he leído. ¿Y acaso existe algo estable en este mundo? Este reloj es tan preciso que no retrasará un solo segundo hasta dentro de 3 700 millones de años; podemos despreocuparnos de perder el tiempo, ya lo ajustará quien quiera que esté aquí dentro de 3 700 millones de años. La vida pende de la radiación del átomo de cesio 133, cada 9 192 631 770 veces suena un tic tac irrefutable. El átomo es muy preciso, tanto para marcar la vida como la muerte; tic tac tic tac, el pulso universal se custodia en una oficina del Departamento de Comercio de Estados Unidos, como un Stonehenge de nuestro tiempo.

Teoría de los inabarcables

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Hace un par de días que se plegó el espacio-tiempo, aquí justo, delante de mi sofá, como si fuera la alfombra que nunca puse. Ya al bajar, aturdido por el medio sueño al regreso de la siesta y las copas de vino del almuerzo, noté la difusa sensación de que las pantuflas avanzaban sobre una coordenada desconocida proyectando destellos fugaces sobre las abscisas. Alargué el pie, torpemente, junto a una especie de espagueti multidimensional. Llegué al punto suficiente, necesario, diría Paul, probablemente Hernández, el hermano gemelo de Peter, probablemente Fernández, de evitar el corrimiento al rojo de la pantufla, lo que, sin lugar a dudas, Penrose demostraría que hubiera supuesto su pérdida para "siempre" (el "siempre" de los físicos que es como un "nunca" o un "antes muerta" de mi Beatriz, potencia jamás actualizada). No saben ustedes lo que es pisar un charco negro y profundo como un lago de hiel cuando se levanta uno de una siesta,

Sobre la utilidad del casco prusiano en las tormentas eléctricas

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  A veces se escribe a la sombra de las palabras que se está deseando usar. Finisecular. Y se añaden líneas sin encontrar la ocasión para colocarlas adecuadamente. Ortopédico. Y se acaba a la intemperie, con el culo al aire. Las palabras que amas (herrumbre y orín) son paraguas rotos que no sólo no te protegen de nada, sino que acumulan la lluvia en goterones. Muladar. Y si intentas incrustarlas sin ton ni son, corres el riesgo de ser tenido por poeta. En otras ocasiones se escribe a la sombra finisecular de las palabras que estás deseando usar. Y se añaden líneas sin encontrar la ocasión para colocarlas junto a un verbo ortopédico. Y se acaba a la intemperie, con el culo al aire. Las palabras que amas son paraguas llenos de herrumbre y orín que no sólo no te protegen de nada, sino que acumulan la lluvia en un muladar de goterones.

Enunciados, sentencias, aforismos, aporías...

 o como dicen los romanos: la jalea está jarta. ----OO---- Hay dos razones fundamentales para leer: enterarse de algo o divertirse (enterándose de algo, pero también con la forma de contarlo, o simplemente con la forma de contarlo, que también, y las sugerencias que eso despierta en nuestra maleable mente) Solo entiendo una razón para escuchar música: divertirse. Si una música no me divierte, con todos los matices que la palabra diversión pueda tener, no entiendo qué me puede motivar a escuchar una música. Así que, por más que me lo expliquen, no entiendo qué pinta Wagner en todo eso. (no, es una broma; a lo mejor si uno pone buena voluntad...) ----OO---- Es un barrio tan chungo que estaba paseando por allí con el google map y me atracaron. ----OO---- ¿Te has hecho poeta? Por eso los diamantes del emperador te parecen muy pequeños. Los poetas son muy generosos, regalan lunas y estrellas. El emperador en cambio, pobrecito, solo puede regalar diamantes. (Xima, en Bearn o La casa de las m

Relatos, de Giuseppe Tomasi, príncipe de Lampedusa

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 La primera vez que leí a Lampedusa se produjo un accidente sin importancia. Leí un trozo de la novela El gatopardo , unas treinta o cuarenta páginas, dos veces. ¡Ya me pareció a mí que todo aquello me sonaba! Los hechos: fuimos a pasar un fin de semana a la Aldea, a casa de los padres de una amiga. Esto sucedió hace más de veinte años. De la casa tengo un recuerdo maravilloso. Era una especie de chalet amplio, en dos plantas, y con un gran jardín muy pragmático porque también era huerto. La familia cultivaba, no sólo flores, sino algunas verduras para el estómago. Recuerdo dos perros grandes, lanudos, negros, cariñosos, que sacábamos a pasear cada día por los alrededores, no demasiado lejanos del casco urbano pero lo suficiente para no vernos agobiados por el asfalto, el tráfico incesante, las estrecheces urbanas y los ruidos. Quiero inventarme, o quizá no, que el jardín/huerto de la casa estaba recorrido por una acequia que entraba en él, lo alimentaba, se detenía por una