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Mostrando entradas de abril, 2023

Ícaro contra las águilas

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    P ara la familia fue un a noche m uy feliz. Nunca habíamos visto a mi padre en aquel estado de serena y, al mismo tiempo, eufórica felicidad. Era una persona muy contenida, nada lo alteraba, pero quienes lo conocíamos sabíamos por su expresión qué cosas sucedía n en su interior. Después de más de quince años de investigación y dedicación, su trabajo se veía al fin reconocido. Yo sé que en ocasiones se sintió tratado como un loco o un excéntrico. La teoría del accidente imperaba por aquel entonces. Estaba tácitamente reconocida y pocos la cuestionaban. En el fondo, muchos consideraban que después del tiempo transcurrido era una cuestión irrelevante. Para mi padre, sin embargo, fue su vida demostrar que su hipótesis, que también defendieron los profesores Viera y Domínguez, era correcta. El acto estaba previsto que se celebrara en Madrid pero, finalmente, las autoridades optaron por trasladarlo a Berlín y retrasarlo dos semanas para evitar que coincidiera con el alu

Hoy estoy sin saber yo no sé cómo (a modo de esas charlas íntimas con los amigos)

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Esta mañana no se me apeteció leer, durante el paseo a Poncho, a Juan José Saer , del cual estoy tratando de avanzar por El limonero real . Hoy no le encuentro sentido a leer a Saer – ya he leído tres de sus novelas, en orden de aparición –. No solo a Saer, por Saer, sino cualquier ficción, he pensado. Tal vez debería cambiarme a un ensayo. He mirado en el listado de ensayos pendientes y, por influencia de Ortega y Porrini , lo he intentado con Roberto Calasso , pero tampoco. Me importan un huevo los dioses y la literatura. Así que he abandonado. No sé, estoy de realismo fáctico. No es que tenga ningún problema concreto, sino que siento que no hago nada en la vida, en la realidad, que no estoy en el mundo. Al mismo tiempo tampoco  sé dónde quiera estar, qué hacer. Todo esto, supongo, tiene que ver con eso de que me voy haciendo viejo. Se me acaba el tiempo y aún no sé para qué lo quería. En momentos como estos me acuerdo del poema de Borges he cometido el peor de los pecados… no he s