De pronto me sobreviene la idea de que a muchos de los defensores de los derechos sociales, esos que luchan comprometidamente y a los que debemos tanto, dicho sin ironías, lo que les mueve, más que el amor por las masas oprimidas, es el odio a las élites opresoras (el uso de esos términos: masas oprimidas y élites opresoras, sí tiene un cierto dejo de ironía aludiendo a las ideologías que todavía pretenden seguir pasando por válidas y necesarias cuando ya se ha demostrado hasta la saciedad que esas revoluciones basadas en la imposición por la fuerza de las ideologías no modifican las sociedades más que durante el tiempo que se tiene sometida a estas sociedades a una fuerte presión). Aprendamos del capitalismo y sus sutiles maneras de transformar al hombre desde dentro, solo que en lugar de hacerlo para la sumisión, hacerlo para la emancipación (esta palabra no tiene ningún dejo de ironía, pese a ser también viejuna, pero me parece que ese es el objetivo que debería tener to...