Raoul Vaneigem
Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes generaciones. Como hace tiempo que no cuelgo nada por aquí y está a punto de desaparecer de mi lista de blogs, actualizo el Papiromanía con cosas que ando leyendo. Aquel es el autor, uno de esos intelectuales situacionistas de los setenta en Francia. En rojo el título del libro, que tengo desde hace años (una reedición de 1988) y he releído más de una vez. Siempre inútilmente, es decir, no me ha servido para salir del rebaño, pero me permite sospechar que hay un "fuera del rebaño". Aquí unas sentencias que he destacado por una razón u otra mientras leo. Hasta donde estoy ahora, que es hacia la mitad. Convertirse en tan insensible y por lo tanto en tan manejable como un ladrillo es a lo que la organización social convida a cada uno con benevolencia. No existen vejaciones pequeñas ni pequeñas carencias. Solo existirá una condenación común mientras cada ser aislado se niegue a entender que un gesto de libertad por débil y torpe ...
Poemazo! Y que final!
ResponderEliminarMe costó elegir un poema del libro. Son todos estupendos. Voy a intentar hacerme con Oficio de lector, un libro suyo. Lo que cada vez me cuesta más es encontrar música adecuada libre de derechos.
ResponderEliminarPor qué un poema es un poema y por qué un poema es un buen poema. ¿Y qué es un poema?
ResponderEliminarPor qué debe uno quedarse impasible ante "nadie podrá inculcarnos un pasado distinto al que vivimos", si en realidad todos creemos en un pasado diferente al que vivimos, solo porque recordarlo ya lo hace otra cosa, pero además porque recordamos lo que nos da la gana y olvidamos lo demás que estorba. ¿Y qué tiene que ver los cementerios marinos con Iván Almatesta o los ojos de los tigres que parecen balizas con los adolescentes de perversa fragilidad?
No sé. Qué diferencia a la música que suena de la lectura del poema. A lo mejor nada y eso es la poesía.
"¿Y qué es un poema?" Buena pregunta. ¿Y Genoveva Propincua y el mal de Agamenón? Supongo que debajo habrá algún significado concreto que alcanzo muy de refilón, y no me importa. Me deja intuiciones y sombras por entender y me suena magníficamente bien. Y me dan ganas de leerlo una y otra vez y además, cuando lo leo, como dice alguien que yo sé que pasa cuando lees un buen poema, se me escapa al terminar una interjección malsonante.
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