Sepúlveda vuelve a frotar la lámpara de los sueños
« No importa el rumbo, la sombra de lo que hicimos y fuimos nos sigue con tenacidad de maldición. » Luis Sepúlveda, El fin de la historia La banda publicitaria que trae consigo El fin de la historia se empeña en seducirnos con el reclamo de que se trata de una novela policíaca, uno de los géneros que más se prodiga entre los lectores. Pero podríamos simplificar la cuestión diciendo que se trata de una cautivadora novela -así, a secas, sin adjudicarla a ningún género-, y que, con ella, vuelve la mejor versión de Luis Sepúlveda, aquel escritor que consiguió embriagar a sus lectores con una pequeña obra maestra como El viejo que leía novelas de amor , publicada hace ya treinta años. En esta ocasión, Sepúlveda cuenta una historia de chantajes y venganzas con una aparente sencillez -eso tan difícil de conseguir-, y con una alta capacidad de seducción, fomentada por sus diálogos cortos y ágiles -con ese ritmo trepidante que conseguía Chandler en sus textos-, y q...