Pensando a gritos, de Elízabeth Hernández Alvarado
La experiencia de lo cotidiano «Entrar aquí otra vez de forma habitual. Copiar citas, contar cosas que me afectan, escribir bobadas, banalidades, mis banalidades, pues sé que puedo haber leído veinte mil palabras en un día, pero me voy más contento a la cama si he apuntado en cualquier sitio una mía.» Iñaki Uriarte, Diarios (2008-2010) Hay una cotidianidad nociva y limitada, muy próxima al hastío producido por la rutina y la ausencia de curiosidad, que se asemeja bastante a una tenaza, a una claustrofóbica celda o a un corsé asfixiante. Se trata de una cotidianidad insana que no innova ni sale de la inmediatez en que permanece recluida, que no hace más que confirmar sus propios prejuicios, que no consigue ver más allá de sus narices. Pero hay otra cotidianidad, más amable y generosa, de espacios extensos y perspectivas más amplias, que analiza lo cercano con un encuadre que va desde lo particular a lo universal. Al contrario que l...