La infraestructura de los sueños

 

Sobre este asunto no hay literatura suficiente. Este texto viene a cubrir parte del enorme hueco que han producido el olvido y la molicie.

El sustrato de los sueños que dan forma a las sombras del subconsciente está constituido por realidades físicas tan palpables como un buen colchón o la sombra de un árbol, como una hamaca o el silbido suave de un viento ligero que refresca y hace de imposible realización la amenaza del mosquito.

En la vieja casa de campo, en la parte que queda a la sombra a partir de las tres o las cuatro de la tarde se despliegan, justo antes del almuerzo, unos pocos cojines sobre el banco de mampostería que corre junto a la pared del mediodía. Es deseable prepararlo todo antes de comer, porque después, el letargo volverá penoso cualquier gesto que fuera simple antes del almuerzo. Hacer antes, pues, el acopio de dos o tres libros al alcance de la mano sobre el alfeízar de la ventana, junto a las gafas. Complacerse de ver a la gata somnolienta cambiando perezosamente de postura. Si hay algo de fresco, disponer una manta pequeña, ligera, o cierto abrigo para los pies.

O bien, prepararlo todo, abajo, en la huerta, sobre la hamaca de madera, bajo la sombra del aguacatero.

Y entonces, sí, entonces que venga Freud y quien haga falta

 

 

FOTO: Cortesía de Juan Jesús Hernández López

Comentarios

  1. Nunca habrá elogios suficientes para la ceremonia de la siesta.

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  2. En cualquier banco o césped de cualquier parque...

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  3. La siesta es la parte buena de ser humanos.

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