Sobre las bestias



No importa mucho si para este hombre, que abrió el bestiario iluminado, el libro huele a nuevo o a la humedad de una reliquia sustraída de la cámara acorazada en una biblioteca nacional. Lo importante es que el libro se ha abierto por la página de siempre, porque los libros conocen a sus lectores e imperceptiblemente guardan en su memoria, por haber sido forzados a abrirse muchas veces por esa misma página, la ilustración a la que su lector siempre vuelve. Un unicornio. Un unicornio negro. Un unicornio negro sin su cuerno. Un unicornio negro sin su cuerno porque otro animal, que se esconde en alguna de las páginas del libro, se lo ha arrebatado. O quizá la bestia esté fuera, leyendo tranquilamente en la sala silenciosa de una biblioteca nacional.


Comentarios

  1. Las bestias dan para mucho. Un unicornio negro es bastante inquietante, y sin cuerno más aún.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Odisea del perroflauta

Suite francesa, de Irene Némirovsky

Reflexiones con Greta