Nebiros, de Juan Eduardo Cirlot

 Nebiros, de Juan Eduardo Cirlot


Mejor comerse un plátano



Por lo visto fue un poeta. A mí su nombre me suena como con gran prestigio. También escribió sobre mitología y simbolismo. Escribió una única novela que no le publicaron porque la censura la prohibió. Que no le gustó a los censores. Hay un comentario del censor número 20 que describe al completo la novela. 

Libro fatalista, saturado de contradicciones y pesimismo, cuyo protagonista —un imaginativo sexual, tímido y sin fe—, después de un largo paseo por el barrio de los prostíbulos de su ciudad, en el que se le ocurren los más paradójicos y peregrinos comentarios, llega a la escéptica conclusión que toda ansia de superación y mejora espiritual es inútil. El libro además de pesado es peligroso por los disparates que dice, y la turbia sexualidad servida en descripciones pornográficas, y no está exento de cierto matiz demagógico. NO DEBE SER AUTORIZADO.

En efecto, el personaje es un tipo gris que trabaja en una oficina, él dirige la empresa, pero es herencia de su padre. Su padre ha sido un personaje autoritario y distante y el personaje siente mucho resentimiento contra él. En su juventud el personaje tuvo aspiraciones intelectuales, leía mucho y reflexionaba sobre la vida, la religión, el sentido de la existencia. Pero se acabó resignando a la vida que su padre tenía destinada para él y decidió abandonar toda aspiración de libertad y de contacto con los demás. 

Esta no es una noche especial, por lo que se deduce del texto, sin embargo pareciera que en esta noche que el personaje se pasa en vela andando por las calles y reflexionando sobre su vida, sobre su pensamiento, sobre sus deseos  y las razones por las que rechazó intentar lograrlos etc., y en la que toma las más esperanzadoras resoluciones que, poco después rechazará por inútiles, pareciera, digo que es la noche en la que su existencia va a dar un nuevo y radical cambio. Pero sabemos que no, que continuará viviendo como siempre y que tal vez tendrá, como ha tenido, muchas noches como esta.

Las reflexiones que el personaje elabora a lo largo de la noche no me parece que tengan mayor interés en tanto que son, bueno, el tipo de reflexiones que hemos tenido todos, acerca de esos temas, la vida, el sentido de la existencia, el cómo hubiera sido si, las mujeres, el por qué de nuestro fracaso con ellas, que prescindir de lo superfluo nos haría la vida más feliz, la inutilidad de cualquier acción porque, al final, siempre nos morimos y nada importa más que cualquier otra cosa, etc. Interesante, únicamente, algunas fantasías o visiones que tal vez dan cuenta de un cierto trastorno esquizofrénico del personaje, sobre todo relacionados con simbología mitológica. El propio Nebiros, que en el relato llega a ser el nombre de un bar misterioso (en ese bar aparece una mujer con las tetas al aire, que tal vez habrá escandalizado al censor para descalificar el libro como inmoral), aunque también representa al propio dios o diablo Nebiros (o Nibiru, aunque en realidad es un planeta, para los sumerios, asociado con Marduk que sí que es un dios ¿no era aquel que estaba relacionado con las aguas y sus efectos beneficiosos, el orden, las tormentas como depositadoras del agua?, no me acuerdo), el lo asocia con un demonio del desorden o algo por el estilo, según ha leído en un libro de magia que tuvo una vez y que vuelve a ver en un puesto de libros. También tiene una visión de la diosa o mujer primigenia Lilith, que también aparece en la mitología sumeria y hebrea. 

No me ha gustado. No sé por qué me empeño en leer estas cosas. Simplemente porque me dan prestigio ante mí mismo (a quién le contara que he leído la novela no publicada de Juan Eduardo Cirlot se quedaría igual que si le contara que tenía una tía en cuenca que cría loros), porque se supone que son lecturas de alto nivel intelectual,  cuando en realidad no lo es, es bastante incoherente, sin consecuencias, es decir, sin corolario o moraleja, me parece a mí, salvo el comprobar que a otros también les pasa lo mismo que a uno, que no están a gusto en la existencia y no consiguen dar con la idea de por qué ni cómo remediarlo, y no hacen nada. Literariamente, un asco, no tiene mayor interés estilístico, no se disfruta de su lectura. Es como leer para hacer currículum. Estoy con el censor: MEJOR QUE NO SE HUBIERA PUBLICADO, HUBIERA SIDO UN GASTO INÚTIL.

Comentarios

  1. A raíz de esta reseña he mirado un poco por ahí. Su única novela (Nebiros) fue publicada póstumamante por Siruela en 2016 (Juan Eduardo Cirlot murió en 1973). Publicó bastante poesía y ensayo. Le echaría un vistazo a sus poemas, a ver qué tal.

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